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domingo, 31 de julio de 2016

Autoestima mínima, no os dejéis engañar.

¿Sabes que es lo peor? Que yo a ti si que te entiendo, y que si me enfado o te ignoro es para que vengas a abrazarme. Porque el pedirte un puto abrazo no sirve de nada, me pregunto que sentirás tu cuando una persona esta 24/7 para ti sin tener que pedírselo ni hacer el gilipollas. Que sensación tendrás cuando escuchas que te quieren y te entienden, o cuando a mitad noche te acarician la espalda, cuando delante de todo el mundo puede besarte o gritarte que te quiere sin miedo a nada ni nadie. Y que me dices de cuando te aguantan y te consienten, y te intentan dar todo lo que esta a sus manos y aguantan más de lo que pueden para recibir un mísero te quiero, que incluso a veces es falso. Y que bonito tiene que ser que te lo perdonen todo, que no te echen nada en cara, y que cuando te lo echen sea entre sonrisas y tu solución sea un mísero beso, que bien a de sentarte no ser el retrasado que se conforma con tu puto beso, con tu puto te quiero aun siendo falso, con tus formas de picar, con tus ciegos. Que aplastada se queda la mierda, cuando ni si quiera las moscas quieren andar cerca de ella.

miércoles, 18 de mayo de 2016

Eféncila

Pequeña, confusa, algo tímida pero muy alegre, bipolar, independiente pero jamás sola, madura pero niña, rebelde, diabética pero muy dulce. Así era ella, Cila, desde que nació muy zorra, astuta. Muy loba, protectora. Muy Leona, valiente. Muy cabrona, envidia. Hacía frente a todo tipo de problemas, se aferraba a la fortaleza que día tras día Efén le daba. Efén, miedoso, frustrado, cariñoso, cojonudo, espontáneo, independiente, a ratos maduro y muy bipolar, pero siempre sabía como llevar a Cila a su más valioso poder.
Se conocieron un invierno de plena nevada en Fano, Italia. Habían vivido siempre a apenas unos metros pero jamás les picó la curiosidad, no hubieran pensado jamás que se podían cumplimentar tan bien, y que se harían tanta falta tanto las noches frías como las mañanas tempranas.
Efén sólo intentaba quitar algo de nieve para poder irse a estudiar, Cila ya se había hecho la idea de estudiar en casa y salir si era necesario, para fumar.
-Serás capullo! Tira la nieve donde la quieran que estamos a pocos metros!- Efén sin querer queriendo le estropeó los 13 cigarrillos de aquel Camel.
-Tranquila vecina, que por fin consigo que hablemos. Subete que te invito a uno.
Cita, con toda la nieve a su al rededor empezó a notar calor en sus mejillas, hasta de su lado vio la nieve derretirse. Le costó acceder, pero sólo le quedaba eso para librarse de estudiar.
-Has tenido suerte que no tenga nada mejor que hacer, me lo compras y me devuelves.
-Tranquila vecina, Efén esta aquí para servir. ¿O no?
-Efén, encanta soy Cila, y aun no conoces mi lado salvaje, y más con 13 cigarrillos empapados.
Entre broma y broma, como toda buena historia, acabaron por tomar algo en casa de Cila aprovechando que sus padres se habían marchado. Descubrieron lo inimaginable hasta el momento, eran tal para cuál.
El problema apareció cuando Efén inseguro de el hablo de su autoestima, la cual Cila se propuso el reto de subirsela. Pero no sabía como ya que el no quería dejar que pasase ningún muro a su vida, a su casa y mucho menos, a su intimidad. Algo contradictorio pero lo de las corazas ya es otro cuento que todos nos sabemos demasiado bien. Fue una tarde genial, les hacía falta compañía, y llegar a la conclusión que necesitaban beber para olvidar. Pasaron un par de días, sábado.
-Vecino, ponte guapo que nos vamos a Ciutatella.
Ciutatella, pub de incomprendidos a los que acababas por comprender. Algo común, económico, caras desconocidas. Perfecto para una noche de olvidar penas y conocer a esa persona.
Cila escucho su móvil cuando estaba acabando de preparar su bolso, era Efén ya estaba en la puerta. Iba tan guapo...No se que pensaba que harían, pero así lo único que Cila quiere es cogerlo y atarlo en su cama. Llegaron a aquel pub, primer chupito invita ella, al fin y al cabo quería sonsacar información difícil. Al segundo invito el, quería llevarsela al huerto sin saber que no hacia falta gastarse un duro. Así pasaron la noche, chupito aquí, chupito allá, cigarro aquí, intimidad por allá. No consiguieron nada, ninguno.
Pero al cabo del tiempo, empezaron a quedar a estudiar, sorprendiendo con Meriendas y cigarros, alguna que otra mirada, los piques tontos que acaban en incómodos cara a cara...y más de una cobra por parte de Efrén había Cila. Ella no se cansó de aplicar su lema "quien la sigue la consigue". Y le costó bajar en un par de asignaturas, algún que otro lloro en la madrugada, insomnios constantes... y el siempre con un "te quiero y estaría contigo pero no puede ser". Aun no sabía muy bien como explicarle que una hija de puta le hizo el corazón añicos, y que ella le encanta y la echa de menos cuando no esta, pero tiene miedo.